Año a año la tecnología nos brinda nuevas herramientas para grabar, mezclar y masterizar una canción, Ep o álbum de larga duración. Pero, no solo se trata de que tener clavos y martillos, también de la intención y por supuesto: el talento de utilizar estos recursos a tu favor.
Durante mucho tiempo, recuerdo escuchar los miles de dólares del proceso de pre, grabación y post de diferentes bandas al ingresar a estudio. Hoy en día los artistas tratan de reducir esos costos armando sus estudios en casa y aprendiendo a dominar programas de edición o vincularse con productores que se han instruido en diferentes áreas para obtener sonidos de baterías, vientos, tonos de guitarra, entre otros, aligerando la carga monetaria sobre todo a artistas emergentes, quienes no cuentan con un presupuesto fijo para invertir grandes sumas en sus primeros lanzamientos.
Ojo, estudiar una carrera de sonido, invertir en equipos propios para armar tu home studio, crear un modelo de negocio, o simplemente tomar la decisión de decir voy a capacitarme para poder producir por mi cuenta, es algo que le da valor y no precisamente porque sea hecho en casa o sin el nombre de una disquera o sello, no pueda tener gran calidad e impacto en los oyentes.

En el 2021 conversé vía Instagram con Chloé Silva, quien me comentó como la herramienta de Garage Band y su Iphone 6, fueron de vital importancia para el nacimiento de su primer EP, el cual contó con una gran aceptación. Rosero y Biera, cantautores y jóvenes productores, constantemente graban en sus casas maquetas y posibles nuevos temas. O recientemente dos casos que llamaron mi atención, el primero de Armada de Juguete, quienes buscaron auspicios para terminar de cubrir los gastos de mezcla y máster de sus nuevo single y por otra parte a David López y Juan Avilés, quienes durante años han grabado maquetas en casa y diferentes estudios y probablemente luego de masterizar vean la luz como una banda inédita.
Con esto quiero decir que independientemente del dinero, herramientas, espacios, la infinidad de situaciones para lanzar nueva música son innumerables y cada quien se las arregla como puede para obtener la mayor calidad optimizando sus recursos con ingenio y talento.
También, hay que mencionar que el sonido Lo-Fi ha retomado terreno en los últimos años debido al alto consumo de videojuegos, o platafromas de video que utilizan estos temas por temas de propiedad intelectual, lo que ha acostumbrado directa o indirectamente a que un gran sector de oyentes a escuchar sampleos, baterías secuenciadas, teclados MIDI, lo cual contribuye a que las diferencias entre trabajos de grandes estudios junto a los grabados de manera casera sigan siendo notables, pero un poco más permisibles.
Por otra parte, hay un mundo entero en plataformas como Soundcloud, que acogen demos, maquetas, remixes, grabaciones caseras, previews, en las que se puede surfear por horas escuchando diferentes estilos y nuevas propuestas musicales.

Fenómenos mundiales como Bad Bunny son recordados por incluir sus primeros releases en Soundcloud antes de su éxito mundial en Youtube y Spotify.
La ley del mínimo esfuerzo es otra cosa totalmente diferente. Bandas y artistas en general que graban ensayos, o por diferentes factores no tienen el mínimo interés de enfocarse o asesorarse en aspectos fundamentales como mezcla y máster. No solo para que suene técnicamente bien, lo cual no soy un experto, pero sí de brindar una experiencia sonora agradable si deseas abrirte paso en el panorama local independiente o pensar en dar pasos importantes como una carrera profesional.
El respeto al público, tus pares y las plataformas de difusión va de la mano con lo antes mencionado. Existen líneas editoriales de medios privados o públicos que exigen un standard de calidad para rotarse en programaciones radiales o ser compartidos en secciones de lanzamientos y noticias. Esto en primer lugar ante las exigencias del público que notará la diferencia de calidad al consumir mayormente hits y producciones de grandes discográficas y segundo por darle prioridad a bandas y artistas que denotan en su línea gráfica y sonora, o la forma en que abordan a medios, festivales, convocatorias, por correos, Press Kits y no por bombardeos de mensajes directos, una intención de profesionalismo, seriedad y compromiso.
En resumen, si tu banda o proyecto no es tomado en cuenta por diferentes plataformas tal vez no sea por discriminación, conspiraciones o conflictos de intereses y debas formularte las siguientes preguntas: ¿estoy invirtiendo tiempo y recursos en mi sonido de estudio? ¿me rodeo de gente que aplaude cualquier cosa que hago y no tolero críticas? ¿le presto atención a cómo funcionan las plataformas, sus exigencias y el esfuerzo que hacen mis pares? ¿cómo me puedo destacar entre tanta música que se libera a diario?
Hablo de este tema con la intención siempre de abrir debates, más no de juzgar o señalar que un artista o producción es mejor que otra. Un día abro Soundcloud para escuchar demos o ensayos de bandas que me gustan mucho y en otro estoy haciendo un pre save de un nuevo lanzamiento en Spotify.
Las dinámicas y la libre elección siempre será algo individual y subjetivo a la hora de tomar la decisión más relevante de nuestra sociedad: elegir que música entra en nuestros oídos.
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Esto fue el sampleo de la semana.
Por: Jimmy Sáenz de Viteri
Contacto: jfsaenzdeviteri@gmail.com